Creer en mí

Uno de los elementos que más nos hace falta a las personas y que constituye la base de una vida plena, es creer en nuestras capacidades y habilidades.

Ya sea que hayamos tenido unos papás que nos machacaban con sus “eres un inútil”, “no vas a poder”, “¿así o más tonto?”, “el mismo tarado de siempre…”, no podemos, ya siendo adultos, seguirnos haciendo lo mismo que nos hicieron.

Hay un concepto que se llama autoprofecía cumplida,  que es, a final de cuentas, eso que tanto escuchamos cuando niños, y que no queríamos ser o hacer, lo vemos algún día reflejado en nuestra vida. ¡Zaz!, como si los deseos de las hadas de La Bella Durmiente se hubieran cumplido, pero solo aquéllos con los que no estábamos de acuerdo.

Creer que somos tontos como nos fue planteado, nos hará actuar como tales. Será una forma en la que, a nuestro pesar, le daremos la razón a esas personas que nos lo dijeron.

Por ello, no entendemos porque si íbamos tan bien en ese trabajo, un día cometimos un error y nos corrieron. O si ya habíamos logrado una relación de pareja, ¿cuándo todo se vino a pique y terminamos?… O el negocio que habíamos planeado con tanto amor y corazón, no dio resultado…

Terminamos, no sólo creyendo que somos ese tonto e incapaz, sino que además, lo actuamos en nuestra vida diaria. Aunado a que la diferencia mata, las familias pueden hacer sentir que si logras algo diferente a ellos (incluyendo a tus antepasados: abuelos, bisabuelos, etc.,) “dejas” de ser leal a esa familia. Entonces te acabo con palabras y te las reitero todo el tiempo para que no te vayas, para que no hagas, para que no logres, porque, precisamente, eso te aleja de nosotros. Te hace diferente y eso no está bien…

Si tú quieres hacer una vida distinta, es vital trabajar en formar tus propias frases, aquéllas que sean lo contrario a las que has tenido en tu mente y en tu corazón durante mucho tiempo. Romper con ello es la encomienda.

Pero, ¿cómo empiezo?

  1. Reconocer de dónde provienen todas esas frases lapidarias destinadas a hacernos sentir menos, incapaces, inútiles, improductivos, estúpidos, jodidos, etc. ¿Dónde lo escuchamos antes?
  2. Identificar que esas voces que nos pullan con sus comentarios destructivos, dañinos, malévolos; se han formado de lo que hemos hecho nuestro (y está en nuestro interior) y que viene de parte de papá y mamá o de quien los haya representado; y a los que hay que detener en el pensamiento y el lugar de las emociones que es nuestro cuerpo: “ALTO. BASTA. YA NO MÁS. AL CONTRARIO, YO SOY HÁBIL. YO SOY CAPAZ. YO PUEDO. YO SALGO ADELANTE A PESAR DE TI…”
  3. Y hay que trabajar en construir nuevas y funcionales frases. Por ejemplo, alguien a quien le han dicho que no puede ser exitoso porque las personas que triunfan son engreídas, egoístas, soberbias y se alejan de su familia; ahora puede decirse: “YO ME PERMITO SER EXITOSO A TRAVÉS DE HACER LO QUE ME APASIONA DESDE EL CORAZÓN. CON ELLO TRASCIENDO A MIS ANTEPASADOS QUIENES ESTÁN CONTENTOS CON QUE YO HAGA UNA VIDA CON CALIDAD EN TODOS SENTIDOS. Y ELLOS Y YO ESTAREMOS FELICES DE LOGRARLO”.
  4. Convertir lo anterior en una tarea diaria. Si de tanto repetir una frase que no era nuestra, nos la creímos, pasará algo similar con las frases que nos hagan crecer, que refuercen lo bueno de nosotros, porque el principio será creer en uno mismo y darle más valor a esto que a lo que opinen los demás, incluyendo a nuestra propia familia.
  5. Pasar a la acción. Después de crear nuestras frases, hay que ayudarnos de ellas para pasarlas a la vida real. Hay que ponerles tamaño, color, sabor… VIDA. Hay que empezar a tratarnos de mejor manera, sin insultos, sin menospreciarnos, comprensivamente, auténticamente, naturalmente…

¿Por qué no empiezas hoy?

 

2 comentarios en “Creer en mí

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s