Mujer que busca, no siempre encuentra

A últimas fechas se habla, por moda o por estilo de vida, del empoderamiento femenino. Buscando la etimología de esta palabra, encuentro que se trata de «tener poder legal y autoridad para tomar decisiones propias, así como poseer plena capacidad participativa». Sin duda, una magnífica acepción, sólo que no aplica para todas.

¿A qué me refiero?

A que las mujeres buscan estar en el mundo de distintas formas. No todas quieren ocupar altos cargos y alcanzar el éxito profesional, sino que quieren libertad de elección y una vida más saludable. A esto se integra que, al menos en mi consulta, las mujeres (algunas) buscan ser amadas.

Frecuentemente llegan mujeres que vienen con el corazón – y la vida – rotos. Terminan relaciones y consideran que las dejaron porque sus compañeros prefirieron a alguien más atractiva, más inteligente; mejor en muchos sentidos y para lo cual se piensa que nunca va a poder alcanzar todo aquello, como si fuera totalmente ajeno todo ese cúmulo de características positivas.

Otras vienen porque ese compañero nada más no se compromete con ellas, no las busca (como a ellas les gustaría) no se hace presente (como a ellas les gustaría) no les dice lo que a ellas les gustaría, no hace lo que a ellas les gustaría; y así, viven una relación cada vez más insatisfactoria y frustrante. Pero no hay camino que no se recorra dos veces, y ahí van cada vez con más intensidad.

¿Qué buscamos las mujeres?

Lo que no nos dieron, no nos dan… Ni nos darán

Pili Quiriz

Así de fácil… Y de complicado.

Porque lo que buscamos que nos den en una relación, es todo aquello que no hemos sido capaces de proporcionarnos a nosotras mismas y nos aferramos a que esa persona nos lo entregue sin medir nada a cambio.

Vean sino:

Al principio, nos enamoramos del que es atento, nos escucha, nos motiva, nos hace reír, nos considera… Y cuando pasa el tiempo y esto ya no es ni tan frecuente ni tan intenso, nos preguntamos en qué fallamos, que está pasando, qué no estamos haciendo bien… Y esa sensación no es nueva, ya la hemos vivido antes… Nos recuerda que alguna vez en nuestra vida también hubo un hombre que no estuvo, que no se hizo presente aunque nunca nos faltará nada material; que nunca se acercó emocionalmente a nosotras; o que nos exigió ser las mejores para ganarnos su amor. Y ante el miedo, la tristeza o el enojo de no poderlo tener con nosotras, lo trasladamos a nuestras parejas, y ahí volvemos a angustiarnos y a correr para componer lo que creemos está mal en nosotras, todo para que no se vaya.

El juego macabro comienza cuando no nos damos cuenta que ese padre nunca va a llegar a darnos lo que necesitamos, y que, si seguimos confundiendo a ese padre faltante con la pareja, estaremos repitiendo una y otra vez la misma historia.

¿De qué se trata entonces?

De reconocer lo que nos hizo falta de ese padre… De ese padre real y del que ha pasado a formar parte de nuestros pensamientos, emociones y comportamientos; que es una copia del original que a lo mejor ya se murió, se fue, se enfermó, huyó, nos abandonó…

Después, con el dolor que esto puede causar, aceptar la realidad, para que podamos reencauzar el camino aprendiendo a darnos esa atención, comprensión, reconocimiento; amor, que no nos haya sido dado…. Si la pregunta es: «¿Y cómo le hago?», la respuesta es: ve a tu alrededor, toma ejemplos, escríbelo como un deseo a cumplir… Esta vez no te limitarás a lo que no hubo, sino a lo que puede haber… Gracias a ti misma.

Si comienzas a proporcionar atención, por ejemplo, a tus proyectos, a darles el espacio y la concentración que requieren, estarás transformando a ese padre que no dio, en alguien activamente haciéndolo, y ese padre ahora lleva tu propio nombre. Y, además, te estarás ayudando a dejar de ver un papá en tus parejas. Al llenar los espacios faltantes, no lo solicitarás en aquellos candidatos y verás otros aspectos que te ayuden en la posibilidad de relaciones más saludables.

No importa si tienes 19, 27 o 45, lo que es crucial que dejes de buscar afuera, lo que sólo tiene que ser visto, aceptado, integrado y utilizado; desde dentro.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s