Los hombres lo necesitan…

Y también las mujeres.

Basta de polémica.

Todos necesitamos contención, escucha y un espacio en el cual podamos encontrar un refugio para reescribir nuestras historias de vida, encontrar comprensión ante los sucesos que nos han afectado emocionalmente, y caminos para lograr que esas experiencias no nos destruyan los planes, sueños y proyectos que, pensamos, aún es posible lograr.

Estoy hablando del lugar de la terapia en la vida de las personas.

Ahora, con feminismos, patriarcados, colonianialismos, y demás palabras y conceptos que aún no termino de comprender, lo que resalta en lo que vivo día a día en el consultorio: personas ávidas de ser escuchadas y comprendidas emocionalmente, con historias personales que aún siguen impactando en su cotidianidad, y para los que parece que no hay resonancia que les ayude allá afuera, con los suyos.

No son las mujeres las que más sienten, sentimos de formas distintas. No somos más sensibles, nos han educado para que así nos representemos. Y los hombres también sienten y tienen temas en terapia muy parecidos a los de las mujeres, también lidian con el papel que les ha tocado representar, y también tienen infancias que les han impedido ser emocionalmente maduros…, como las mujeres.

Al decir al principio que basta a la polémica, es porque escucho a colegas decir que son las mujeres quienes más necesitan ir a terapia porque históricamente se les «ha negado» un sitio en el cual puedan revalorarse y reconstituirse en esas guerreras que llevan dentro. No creo en eso. Creo en que las vidas de las personas se ven inundadas de aprendizajes, están llenos de creencias y de valores que les limitan la existencia; y lo que no es menor, continúan eligiendo vidas muy similares a las de sus madres y padres y abuelas y abuelos; porque la fuerza de los principios familiares aún se sigue imponiendo…

Entiéndanme: no todas las mujeres, y no todos los hombres, necesitarán acercarse a una sesión terapéutica, pero los que lo hacen, deben ser considerados personas -sin importar su género- que viven una situación que, emocionalmente les está perjudicando en su quehacer cotidiano, y quizá, estén enfrentándose a los prejuicios que cuestionan el por qué un hombre o una mujer tiene que ir a terapia.

En el caso del hombre, éste aún se rinde ante juicios de valor que le resta virilidad por ir a terapia a «contar sus problemas», cuando debería saberlo resolver por su cuenta. Por cierto, «esta cuenta» es llorar cuando está solo o borracho, o dejarlo pasar. Ninguna, a la larga, funciona.

Y para las mujeres, es el hecho de que sobredimensiona todo. «Exageras», he escuchado decir. «Nada te parece». Y mientras a unos se les exige aguantar, a las otras se les dice que deberían de poder con un poco más. ¡Vaya, que cuando se trata de quedar bien, con ninguno lo podemos lograr! (Sarcasmo)

Y, al final, lo que la gente demanda, es responder a alguna de éstas preguntas (búsqueda en el sitio People Also Ask Keyword):

¿Qué se habla en la primera sesión de terapia?

¿Qué te preguntan en una terapia psicológica?

¿Cómo hacer un buen motivo de consulta psicológica?

¿Cómo inicia una sesión de terapia?

Y si lo ven, no es un asunto de género, sino de intereses en común lo que necesitamos resaltar cuando se trata de ayuda para las personas. Y todos lo necesitamos, aunque sea una vez en la vida.

Hay que invitarnos a dejar de mirarnos con ojos de prejuicio o de imposición social respecto de lo que «debemos hacer y ser» como hombres y mujeres. Los dos lidiamos con expectativas, frustraciones; ambos sufrimos por amor, los dos tenemos pensamientos negativos y creencias limitantes, pasamos por ansiedad y depresión; así como por explosiones y temores.

Al dejar de marcar diferencias y hacer más click en aquello que nos ocurre, independientemente si somos mujeres u hombres, podríamos encontrar un punto de empatía y solidaridad más altos, que nos lleve a una comprensión más profunda, lo que, al final, nos va a permitir vínculos afectivos más respetuosos.

Soy Pili Quiriz, psicoterapeuta mexicana, convencida que a hombres y mujeres, les afectan sus historias de vida en la que no han encontrado el amor, la atención, la comprensión, el reconocimiento y el valor; y que desean encontrar un lugar emocionalmente más seguro, confiable y afectivo.

Publicado por Pili Quiriz

Profesional de la psicoterapia, profunda y respetuosamente interesada en encontrar caminos que ayuden a las personas a encontrar herramientas para afrontar y solucionar sus problemas de vida.

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