Hoy iniciamos un año más. El 2022 para ser precisos.
De tener un título este año, ¿cómo te gustaría que se llamará? Pienso que cuando uno le pone nombre a las cosas y a los sucesos, tanto como a las emociones que sentimos, le damos un lugar y un espacio en nuestra vida; y eso contribuye a que les prestemos alguno de nuestros sentidos que nos empuja a una acción para que se conviertan en una realidad.
¿Te imaginas un año en el que una habilidad o un talento, que dices no tener. pudiera darte una sorpresa? Una sorpresa como que te descubrieras bailando una rica salsa en la boda de la prima Cecilia (cuando hubieras jurado que nunca lo harías porque «no sabes bailar» o porque «tienes dos pies izquierdos») o adornar la pared de tu sala con un cuadro pintado con tus manos, cuando te has pasado media vida creyendo que tu talento es para las cuentas y los números, pero no para el arte. O que hagas tu primera incursión en la pastelería, llevando el pastel de cumpleaños de tu mamá -cuando juraste que tú y la cocina eran enemigos eternos-, ¿te lo imaginas?
A eso me refiero. A creer en crear. Crear una idea distinta de ti y de tus posibilidades.
Escucho con frecuencia todo lo que una persona puede creer de si misma en todo lo que «no es, no sabe, no puede, no es talentoso, es una piedra», y un largo etcétera. Y todo está dentro de una dimensión en las que nos meten para que vayamos por la vida sin bailar, sin pintar, sin hacer pasteles; entre un montón de cosas que nos gustaría, pero, «¡noooo, ya estoy vieja para eso!, ¡ya es demasiado tarde para mí!, ¡soy tan tonto que haría el ridículo!», y es una falta de respeto a nuestras capacidades, voluntades, habilidades, sobretodo, a la oportunidad de tener una vida como la que nos gustaría.
En la Navidad pasada, mi familia de origen y yo, hicimos un pequeño paseo a una laguna en el estado de Tlaxcala, México; y de camino hacia ésta, se me ocurrió hacer el siguiente ejercicio: cada uno tenía que decir tres aspectos positivos de cada uno de los que íbamos con él o ella, incluyendo su propia persona… Para algunos fue difícil concentrarse en lo positivo o en decir algo bueno de sí mismos. Y al mismo tiempo, fue gratificante recibir ese regalo: lo que la gente piensa de él o ella y que muchas veces no se sabe porque estamos más enfocados en «destacar» lo «malo» de alguien… Y si en eso nos concentramos, de tanto hacerlo, lo podemos convertir en una única realidad.
Hoy estamos ante una nueva obra en una nuevo escenario llamado 2022. Cómo queremos construir ese guión sobre el que se cuenten aspectos de nosotros a lo largo de estos 365 días. ¿Qué queremos decir de nosotros a partir de este día? ¿Lo mismo de siempre o lo mismo que hemos escuchado durante años? ¿Será otro año más de más de lo mismo o algo nuevo habremos de hacer para que nuestra obra triunfe en este teatro maravilloso llamado vida?
Invitados estamos todos a reeditar nuestra historia y rehacer el guión de lo que creemos sobre nuestras capacidades y habilidades; para expandir, modificar, cambiar de lugar o empezar a ocupar en nuestro día a día
Empezamos la cuenta de nuevas historias.
Toma una pluma y un papel y escribe qué quieres creer de ti a pesar de todos, y qué te gustaría lograr con ello.
Por cierto, al ejercicio de la Navidad, le dimos la categoría de regalo y le llamamos «La caminata de la generosidad».
¿Cómo vas a caminar contigo este año?
¡Feliz Año Nuevo!