Por donde veo, leo notas sobre qué hacer ante esta emergencia sanitaria como adultos, pero no observo nada dirigido a los niños.
Ayer escuchaba a alguien estar preocupada porque nota triste a su hijo y se alarmó pensando que podía estar enfermándose. Un paciente me comentó que su hija le preguntó si habían hecho algo malo para estar tanto tiempo encerrados. Y así más ejemplos.
A los niños a veces se les trata como si no vieran, sintieran, escucharan y supieran. Y esta situación no es la excepción, de ahí que sería importante realizar algunas de las siguientes sugerencias:
- ¿Has explicado a tu hij@ qué está sucediendo, por qué la cuarentena? Sino lo has hecho, es hora de sentarte un rato con ellos y les digas qué es lo que está sucediendo, los riesgos, las reglas, las oportunidades con esta crisis, lo que está pasando en el mundo… Claro, conciso y de fuentes fiables. Sin alarmismos. Y si hay preguntas, contéstalas si las sabes, sino, sé honest@ y dile que no lo sabes, que lo investigarás, y cumple.
- Hora de regresar a ser niñ@. ¿A qué jugabas? ¿Al avión, a las escondidas, al bote pateado, a las muñecas de papel, a la rueda de San Miguel?.. ¿Te suenan de algo estos juegos? Sino los jugaste porque no son de «tu época», investiga lo que puedes aprender junto con tus hijos al llevarlos a cabo. Si lo fueron, !con más razón! A regresar a la infancia para darle a tu niñ@ interno lo que hace mucho no hace: divertirse.
- Habla de emociones. No sólo se los permitas, invítalos a hacerlo. A través de dibujos, de juegos, de títeres para que lo hagan en tercera persona. Con historias que inventen y personajes favoritos. Si expresan lo que sienten, puede ser más fácil para ellos sacar lo que les aqueje y que por miedo o por no querer ver a papá o mamá preocupados o irritados, no lo hacen. Recuerda que los niños sienten que deben hacer felices a los papás, que es un deber para ellos, y eso puede impedir que te digan qué es lo que están vivenciando ahora. Por eso aprovecha recursos como los que te comento líneas arriba.
- Dales tiempo para ellos solos. Si los notas meditabundos, reflexivos, silenciosos; dales su espacio. Déjalos estar un rato. No siempre necesitan que mamá y papá estén rondando por ahí cerca. Ya después les puedes preguntar: «Oye, te vi muy pensativo hace un rato. Me gustaría saber si hay algo que te preocupa… ¿No? Ok, ya sabes qué aquí estoy cuando así lo necesites».
- Si son más pequeños. Puedes tú contarles historias sobre alguien que esté con miedo o con tristeza pero en donde salga un personaje que le ayude. Apóyate de cuentos ya conocidos o, mejor aún, los puedes inventar tú mismo. Dibuja, actúa, haz una obra de teatro o hasta con tus manos puedes crear esos personajes. Canta canciones que salgan de tu cabeza en las que des un mensaje de esperanza, de tranquilidad, de calma, de aprendizaje…
- Abraza. Tú puedes hacerlo porque, hasta donde la información me llega, no hay impedimento en las familias al interior de la casa, así que abrázales mucho, diles palabras de ternura y suavidad al oído. Y lo mismo aplica para ti. Es más: empieza por ti y luego te sigues con tus niños.
- Toma un tiempo para ti. Organiza junto con los que estén en la casa, actividades durante el día y no olvides incluir un tiempo para ti como mamá o papá. Es importante para que tu nivel de tolerancia y paciencia se regulen. Un tiempo de 15 minutos para bañarte o para dormir una siesta de 10 minutos. Si eres de l@s que está saliendo a trabajar, por qué no te pones tus audífonos con música de la que más te guste y ese traslado se haga menos tenso… O toma un cuaderno de notas y escribe lo que va pasando en tu día a día. No necesitas compartirlo, el asunto es que puedas vaciar lo que piensas y sientas en algún sitio, además de que lo puedas hacer con los integrantes de tu familia.
- Rétalos. A aprender una nueva habilidad como cocinar, tender la cama, lavar su ropa interior, recoger sus juguetes…, y ayúdales a entender la importancia de aprender para conocer recursos de ellos que les serán útiles fuera de casa; y no sólo porque vaya a haber una recompensa. Si quieres premiar, dales un beso o un abrazo.
- Sino puedes estar con ellos durante el día y se quedan solos, también puedes llevar a cabo a distancia algunas actividades, tales como que te manden videos de cómo hacer divertido un día aburrido, o qué hagan una obra de teatro con calcetines y que la videograben para mandártela después. Un audio con todas las palabras que se relacionen con la palabra «esperanza», o «salud», o las que generen una conexión saludable sobre esta contingencia.
- Elabora una memoria de todo esto, a través de fotos o vídeos, mensajes y compártela con tus hijos cuando todo esto termine. ¿Qué aprenden todos de todo eso? Ahí tienes para pasar un buen rato con ellos.
Sobre todo, se trata de permitirte conectar con ellos y con esa parte tuya que también quiere sentirse apoyado, amado, comprendido… Si quizá no la tuviste cuando fuiste niñ@, es ahora una oportunidad de oro para poderlo hacer.